Componentes éticos de la gestión pública y sus efectos en la democracia.
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La confianza y la desconfianza, son experiencias humanas cotidianas. Los seres humanos
nos batimos con esta tensión todos los días y a cada momento.
Ambos conceptos no tienen per se, una carga ética determinada. Para hacer una interpreta-
ción ética, hay que analizar a los involucrados, poner una situación en contexto y una vez
analizados los hechos y sus actores, emitir una opinión o realizar un juicio al respecto.
Si nos acercamos a una definición del término confianza, podemos señalar que se trata de
una “esperanza en que algo sucederá”. Hay un cierto acto de fe, en que alguien se
comportará de un modo conocido o que un hecho se desarrollará de una forma previsible o
bajo una lógica definida.
Hay entonces una apuesta respecto de una expectativa y no necesariamente de un hecho
objetivamente determinable.
Así entonces, tener desconfianza sobre el resultado de un hecho específico, -signo de una
prudencia necesaria o, contrario sensu, de una seguridad ciega-, puede representar un peli-
inconmensurable.
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